FRECUENCIA DE DISPLASIA DE CADERA EN CANINOS ROTTWEILER MAYORES DE UN AÑO DE EDAD
Roberto Dávila F.¹, Víctor Fernández A.¹, Alfonso Chavera C.² y Diego Díaz C.¹
INTRODUCCIÓN
La palabra “displasia” proviene de dos vocablos griegos: dis (anormal) y plasia (desarrollo); por lo cual, displasia literalmente
significa desarrollo anormal (Sánchez, 1997).
La displasia de cadera es la falta de congruencia entre dos superficies articulares, la cabeza femoral y la cavidad (acetábulo) en que debe encajar dicha cabeza en la cadera (Ventura,
2000).
Esto origina un desarrollo anómalo en la articulación de la cadera que suele ser uni o bilateral y se manifiesta con diversos grados de laxitud de las partes blandas circundantes, inestabilidad, y malformación de la cabeza femoral y del acetábulo (Ford, 1992).
Esta enfermedad es hereditaria, y se presenta desde
las primeras etapas de vida. La expresión clínica y desarrollo de la misma son dependientes de factores extrínsecos (principalmente sobrecarga de la articulación en las primeras semanas de vida) (Richardson, 1992).
La displasia de cadera es una enfermedad que se presenta con frecuencia en los caninos (Málaga, 1966), y ha sido diagnosticada en más de 60 razas (Corley, 1992). No obstante,
existe una clara predisposición racial ya que, como se conoce, la enfermedad es típica de razas grandes en las cuales el crecimiento durante
los primeros meses de vida es muy acelerado y se produce una excesiva separación
entre el fémur y la cadera (Ventura, 2000). El presente estudio se realizó con el
objetivo de establecer la frecuencia de presentación de la displasia coxofemoral en caninos de la raza Rottweiler de más de un año de edad. Para esto, se utilizó una prueba radiográfica y la técnica de Norberg.
MATERIALES Y MÉTODOS
Animales
Los animales que forman parte del
presente estudio fueron 60 caninos de la raza Rottweiler (30 machos y 30 hembras) entre 1 y 7 años de edad, los cuales fueron llevados a la Clínica de Animales Menores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos por cuadros clínicos, diferentes al motivo de estudio; tales como vacunaciones, cirugías, consultas, tratamientos, etc. El período del estudio radiológico abarcó desde el 1 de abril del 2001 hasta el 5 de enero del 2002. Los animales del estudio procedieron de Lima Metropolitana. Los propietarios de los animales estuvieron concientes de los riesgos de la prueba y aceptaron voluntariamente en participar en el estudio.
Placas radiográficas
Los animales fueron sedados con maleato de acepromacina por vía endovenosa en dosis de 0.5 mg/kg de peso vivo, para facilitar la obtención de las radiografías y mejorar la calidad de la imagen. Los animales fueron ubicados en posición decúbito dorsal con la región dorsotorácica situada en el posicionador para restringir el movimiento rotatorio de lateralidad. Los miembros torácicos se proyectaron en dirección craneal, ubicando la cabeza entre ellos.
Los miembros pélvicos se traccionaron en dirección caudal, llevándolos de una posición en que el eje óseo femoral se dispuso paralelo al chasis radiográfico, y a la vez se ubicaron paralelos entre sí. La técnica radiográfica empleó 5 mili Amperios-segundos (m A-s) y el Kilo voltaje-Potencia (KvP) se fijó de acuerdo al espesor de la región pélvica. Las películas radiográficas se revelaron
manualmente en estanque, permaneciendo alrededor de 40 segundos en líquido revelador,
igual tiempo en enjuague y de > 5 minutos en el líquido fijador. Se hizo un último enjuague y se dejaron secar a medio ambiente.
La evaluación radiográfica se realizó
a través de:
a) Método de diagnóstico clínico Se tuvo presente los siguientes parámetros
anátomo-radiográficos:
- Ausencia de Displasia. La cabeza de fémur y el acetábulo son congruentes.
- Formas de Transición (Sospecha de Displasia). La cabeza del fémur y el acetábulo son levemente incongruentes.
- Displasia de Cadera Leve. La cabeza femoral y el acetábulo son incongruentes y el borde cráneo lateral está levemente aplanado.
- Displasia de Cadera Media. Incongruencia obvia entre la cavidad acetabular y la cabeza del fémur con subluxación.
Existen signos osteoartróficos.
- Displasia de Cadera Grave. Marcados signos como la luxación o clara subluxación (Fig.1).
b) Método o Ángulo de Norberg. Esta medición consistió en fijar los puntos centrales de cada cabeza femoral y unirlos con una línea recta; luego se marcaron los ángulos externos del borde acetabular craneal que sirvió como referencia para trazar una línea tangencial a los puntos anteriormente descritos. Los ejemplares con un ángulo inferior a 105 grados se consideraron positivos. La clasificación de la enfermedad se realizó de acuerdo a las normas de la Federación Cinológica Internacional (F.C.I), que considera los siguientes grados:
Grado Lesión
clínica* Ángulo Diagnóstico
0 Normal > 105º Libre de
displasia
0 a 1 Transición <> 100º Displasia
positivo
2 Moderada > 90º Displasia
positivo
3 y 4 Grave <>
En el presente trabajo se consideraron como afectados a partir de la forma de Transición
(Grado 0 a 1) según la Norma Internacional de la F.C.I. Con los datos obtenidos se obtuvo la
frecuencia de presentación de displasia de cadera en el total de las muestras, y según el
sexo y la edad (regresión logística); y según el modo de afección de las articulaciones
(unilateral y bilateral) (odd rattio).
RESULTADOS
Se hallaron 33 animales positivos a displasia de cadera, lo que representa el 55 ±
13% de ocurrencia. El 56.7 y 53.3% de los caninos machos y hembras presentaron algún
grado de displasia de cadera. El análisis de regresión logística muestra que el sexo no
es un factor de riesgo para presentar displasia de cadera. La mayor proporción de animales positivos a displasia ocurrió en animales entre 1 y 1.5 años de edad, pero sin que hubiera diferencias estadísticas entre grupos etáreos. Por otro lado, se encontró una mayor proporción no significativa de animales afectados en forma unilateral. El mayor porcentaje de animales
afectados con displasia de cadera fueron diagnosticados con grado 2 ó displasia moderada
(13/60 animales), en tanto que el grado de afección mayor (grave o grado 3-4) tuvo la
menor frecuencia de presentación.
DISCUSIÓN
La frecuencia de presentación de displasia de cadera en el presente estudio fue
más alta que la registrada por la Orthopedic Foundation for Animals, OFA (Corley, 1992).
Esto fue debido probablemente al tipo de registro utilizado por dicha institución (Gonzáles,
1992). Otros autores (Smith y McKelvie, 1997) indican que las cifras publicadas por la
OFA serían dos a tres veces más altas en sus respectivas localidades. Se puede observar con frecuencia que no existe una relación directa entre la intensidad de la enfermedad demostrada por la placa radiográfica y la intensidad de los signos clínicos presentados por el paciente. Es
así, que se han podido encontrar casos clasificados de grado 4 o grave y que a la inspección
clínica no manifiestan ni una leve claudicación. Esto podría estar relacionado con la
raza ya que en animales que presentan una mayor masa muscular es más factible un
mejor encaje de la cadera después de la lesión inicial (Ford, 1992), debido a que las fuerzas
de presión que ejerce la musculatura sobre la cabeza del fémur evita que ésta sea incongruente con la superficie acetabular.
Los pocos casos de afecciones bilaterales encontrados en el estudio no concuerdan con observaciones realizadas en otras latitudes que reportan una mayor frecuencia de afecciones
bilaterales (Agut, 1992) e incluso superiores al 90% (Fry y Clark, 1992; Bojrab, 1996). La presentación subclínica de la enfermedad no estuvo asociada con la edad del animal; situación que sido demostrada por Alexander (1992), Fry y Clark (1992), Morgan (1992) y Riser (1996) que han diagnosticado esta enfermedad tanto en animales jóvenes como en seniles. Por otro lado, el sexo tampoco ha sido un factor de riesgo para el caso de la displasia de cadera (Agut, 1992;
Ettinger, 1992). Se debería establecer programas de selección de reproductores en el Perú para
evitar la propagación de la enfermedad.
CONCLUSIONES
· La frecuencia de displasias (55%) encontrada
en la raza Rottweiler es más alta
que la reportada en otros países.
· El sexo y la edad no fueron factores de
riesgo para la presentación de la displasia
de cadera.
· La ocurrencia de displasia unilateral o
bilateral fue similar.
· Todos los casos observados no tuvieron
manifestaciones clínicas de claudicación.
Fuente